En la mayoría de las enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro hay dos factores fisiológicos presentes: el estrés oxidativo (por mayor producción de radicales libres) y la inflamación crónica.

Los primeros síntomas pueden ser: dolores articulares, trastornos del sueño y del sistema digestivo, cansancio, signos de envejecimiento prematuro en la piel, ansiedad, celulitis y falta de vitalidad que están demostrando una disrregulación del organismo.

Es fundamental comprender que el estrés es interno, fundamentalmente psicoemocional y que se activa por factores externos como estrés laboral, conflictos en relaciones interpersonales o hábitos poco saludables.

El organismo esta en estrés o en reparación. La reparación es fundamental para mantener la salud y la vitalidad.

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El objetivo es recuperar y apoyar las funciones naturales del organismo, mejorar la actividad mitocondrial y disminuir el estrés interno, para activar la reparación celular.

Un plan integral puede tener una duración entre 8 y 12 semanas.

La idea es que la persona haga cambios graduales y duraderos en sus hábitos y generar recursos para gestionar el estrés interno, logrando así disminuir el envejecimiento prematuro.

El cambio de hábitos estará motivado por el placer y el conocimiento, y no por la restricción o prohibición. 

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El primer paso es una consulta de una hora para realizar una historia clínica completa y asesoramiento sobre el plan personalizado y contemplar las inquietudes del paciente.